📚 10 segundos bastan

El resto solo es una pérdida de tiempo

No hay segunda oportunidad para una primera impresión.

Totalmente cierto. Pero en una entrevista de trabajo, es más cierto todavía.

Porque las entrevistas son como los Reyes Magos: una de las mayores mentiras de la humanidad. 

Nunca ignores un presentimiento, pero nunca creas que es suficiente”.

Robert Heller

¿A qué me refiero exactamente? Te cuento:

En Estados Unidos (como siempre), unos investigadores grabaron más de dos mil entrevistas de trabajo.

Luego las recortaron y a un voluntario aleatorio le pusieron solo los primeros 10 segundos.

Su único deber era valorar al candidato en áreas como inteligencia, amabilidad y confianza, e intentar predecir si acabaron contratando al candidato o no.

¿Sabes lo que sucedió?

Las puntuaciones y predicciones de los voluntarios coincidieron casi al milímetro con los hechos, y con las puntuaciones que dio el entrevistador al candidato al acabar la prueba.

Siendo más claro: en 10 segundos opinaban lo mismo que los entrevistadores tras 1 hora.

“¿Cómo es esto posible? ¿Magia?” No, la explicación es más sencilla de lo que crees.

Y es que en una entrevista de trabajo solo importan los 10 primeros segundos.

En un saludo y un apretón de manos, nos hemos formado su impresión y decidido si queremos contratarle o no.

El resto de la entrevista (el 99% del tiempo) solo sirve para buscar argumentos que apoyen nuestra decisión, aunque creamos que le estamos evaluando.

¿Cómo usar esta información a nuestro favor?

Si eres el candidato: ponte guapo, sonríe, saca pecho al entrar y da el mejor saludo que puedas dar. Porque con eso decidirán si contratarte.

Si eres el entrevistador: no hagas más entrevistas. Solo son una forma entretenida de perder tu tiempo.

En su lugar, haz pruebas en las que tu opinión no influya y así puedas valorar si un candidato es el ideal.

Te muestro las dos que, según otros estudios, son más efectivas:

  1. Pruebas de trabajo

Se suelen utilizar en puestos informáticos o de ingenierías.

Esta prueba es sencilla: dale a un candidato 2 o 3 tareas que tendría que hacer si estuviera en el puesto y así analizas sus conocimientos y su personalidad al afrontarlas.

  1. Pruebas de capacidad cognitiva

Similar a un test de inteligencia, con pruebas de razonamiento verbal, lógico o habilidad espacial. Depende del puesto que quieras cubrir, te centrarás más en unas u en otras.

Pero sobre todo, su potencial está en que te muestra la capacidad de aprendizaje y de adaptabilidad de cada candidato, algo que en un mundo de cambios es esencial.

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"La nueva fórmula del trabajo", por Laszlo Bock


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