Voy a ponerme en plan hater por un momento.

Porque mis amigos a veces se frustran por mi:

—Positividad de los h*evos.

Firmado: mis amigos

Aquí va mi parte hater:

Mira, el otro día leí un comentario por Youtube que decía algo así:

“Si la IA va quitarnos los trabajos más repetitivos no nos quedará otra que pintar cuadros, crear música y educarnos mejor”.

¡Claro! Porque todos sabemos que el sueño de la mayoría es convertirse en un Van Gogh moderno o el próximo Mozart.

-Me imagino a José, el oficinista que lleva 20 años en su cubículo, desatando su talento oculto para la pintura en su sala de estar.

-Mientras tanto, María, que apenas toca la flauta dulce desde la secundaria, me la imagino ahora componiendo sinfonías épicas que rivalizarían con Beethoven.

Todo esto mientras, claro, se educan mejor, probablemente con tutoriales de YouTube de dudosa calidad.

Pero pero pero pero… vamos a ver.

Seamos realistas por un momento.

No todos vamos a descubrir súbitamente que tenemos habilidades artísticas de nivel profesional solo porque la IA nos ha liberado de las tareas repetitivas.

No nos engañemos: la mayoría de nosotros somos normales [tirando a mediocres] en casi todo lo que hacemos.

Y eso está bien. No todos nacemos para ser genios creativos.

Algunos de nosotros somos buenos en hacer cosas monótonas y repetitivas, y ¿saben qué?

El mundo necesita de esas personas también.

(Nosotros a parte de escribir hacemos mil tareas más totalmente repetitivas a más no poder y, a mí por lo menos, me da paz hacer tareas que no requieran pensar tanto para ir nivelando con la exigencia mental que requiere escribir).

La fantasía de que todos nos convertiremos en artistas y músicos suena tan ridícula como la idea de que la IA va a resolver todos tus problemas.

La realidad es que si la IA realmente empieza a tomar todos los trabajos repetitivos…

Muchos de nosotros nos quedaremos mirando al techo.

Preguntándonos qué demonios hacer con nuestras vidas.

Porque, seamos sinceros, hay una razón por la que estos trabajos existen: no todos quieren o pueden vivir del arte y la música, de la espiritualidad, o del estudio de los textos religiosos…

Y eso no es una cuestión de falta de ambición

o de ser conformistas, sino de aceptar nuestras limitaciones o, sobre todo: preferencias.

Y no, no me malinterpretes, no tengo nada en contra de la educación y la creatividad. Yo soy uno de sus hijos.

Si puedes aprender algo nuevo y te apasiona, ¡adelante!

Pero no podemos pretender que, de repente, todo el mundo vaya a convertirse en un polímata renacentista solo porque la tecnología ha cambiado el mercado laboral.

La transición hacia un mundo donde la IA se encarga de lo tedioso requiere de otras cosas que transiten al mismo tiempo:

-Como una reestructura de los sistemas educativos

-Crear redes de apoyo para los desplazados por la tecnología

-O enfrentar la dura realidad de que no todos encontraremos un nuevo propósito

Pero hasta aquí mi parte hate, esa parte que he dejado salir con el propósito de escribir desde el miedo y así poder entender a aquellos que también lo tienen.

En Libro al día no tenemos las respuestas para el futuro.

No sabemos lo que vendrá, lo que pasará, qué será del trabajo o de nuestras vidas…

Pero sí sabemos una cosa:

que seguiremos trayendo los mejores resúmenes de libros que existen.

Y si hay otros mejores, veremos por qué y los mejoraremos.

Lo único que podemos hacer respecto al futuro es prepararnos.

Y no hay nada mejor en eso que los libros.

Pepita de hoy de: "21 lecciones para el siglo XXI", por Yuval Noah Harari

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¡Hasta la próxima lección!

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