📚 El éxito de tu mejor amigo depende de ti

¿Cómo afectan tus expectativas a los resultados de otro?

🤴 Había una vez, un rey que no encontraba mujer porque ninguna le parecía suficientemente guapa. Pero un día vio una escultura, y de tanto pensar que ojalá fuera una persona real, lo consiguió.

Este breve cuento es la pista sobre la pepita que trataremos hoy. ¿Adivinas sobre qué es? ¡Vamos a ello!

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Pepita Núm. 17: El éxito de tu mejor amigo depende de ti

Hablemos de la adolescencia. Para algunos su mejor etapa, para otros la peor; no deja indiferente a nadie.

Hoy vamos a centrarnos concretamente en el instituto. Te voy a contar un experimento que te va a volar la cabeza, así que siéntate, toma papel, boli y cerveza y empezamos ✏.

Imagina una clase cualquiera. El centro te ha contratado para pasarle un test de inteligencia a cada alumno, corregirlos y mandar los resultados a la dirección y los profesores. Llegas allí con tu maletín negro de marca, realizas la prueba sin ningún problema y te vas a tu casa.

📄Imagina que todos sacan una nota parecida, para hacerlo más fácil. Pero tú estás animado hoy, y dices: “mmm, ¿qué tal si jugamos un poco?”, así que decides que a diez de ellos, que habían sacado lo mismo que el resto, les vas a cambiar la nota a una buenísima. Pero sin que se entere nadie, a ver qué pasa.

Y aquí empieza el juego. ¿Qué sucede con esos diez alumnos a final de curso? Porque si en realidad tienen la misma inteligencia que el resto, lo normal es que saquen notas parecidas en el resto de pruebas. Pero no, acaban sacando mayor nota que el resto, y convirtiéndose en los mejores de verdad.

Te explico lo que ha pasado aquí, porque no es magia. Como los profesores creían que esos alumnos eran híper inteligentes, esperaban que sacasen las mejores notas. “Y qué más da lo que piensen los profesores”, pensarás. Pues no da nada igual.

Esas expectativas acabaron reflejándolas en sus diez alumnos. Les miraban más al explicar, se paraban más tiempo con ellos a resolverles dudas y lo hacían con un tono distinto al resto. Al final, los alumnos lograban un mejor aprendizaje y cumplir lo que sus profesores esperaban de ellos.

A esto se le llama “Efecto Pigmalión”, y nos demuestra la influencia que tienen nuestras expectativas sobre alguien en sus propios resultados 🤯.

Este efecto sirve tanto en tu empresa como en tu vida social. Veamos ejemplos poco a poco, atento:

Imagina que tu hijo llega con 8 suspensos de clase. Hay dos formas de enfocarlo según Pigmalión: decirle “como sigas así vas a ser un fracasado”, o “estas notas no representan tu verdadera inteligencia, hay que buscar y solucionar el problema”.

No animo a premiarle por suspender, ambas frases son broncas al niño. Pero en cada una le dices tus expectativas sobre él: que va a ser un fracasado o que puede hacerlo mucho mejor. Y subconscientemente el niño hará suyas estas expectativas, tanto para bien… como para mal. Aquí está el peligro.

Veamos un ejemplo laboral. Eres el jefe de una multinacional, una maravilla. Para aplicarlo a tu equipo, puedes centrarte en elogiarles cuando lo hagan bien, acompañándolo con críticas constructivas cuando no. Por ejemplo: “Juan, confío en tu gran habilidad financiera, seguro que podemos lograr mejores resultados”.

Ahora que sabes del poder de este efecto, estoy seguro de que cuidarás mucho más tus palabras. Cada vez que pongas una etiqueta a alguien (como en el primer ejemplo), piensa que se cumplirá de verdad, tanto si es positivo como si no.

Sabemos que si has llegado hasta aquí es porque eres un lector maravilloso y súper inteligente, así que charlemos por el Discord Bookers Club 😉. ¿Recuerdas algún ejemplo personal donde hayas sufrido este efecto? ¡Te leemos!

Pepita extraída por Iván F.G.

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