📚 El mártir y el trilero

Acaba con los prejuicios del arte

Tras observar a decenas y decenas de artistas, llevo meses preguntándome…

¿Acaso la inspiración viene del sufrimiento?

El arte nace de la alegría y el sufrimiento, pero es en la creación donde el artista encuentra su redención”.

Albert Camus

Muchos artistas responderían que sí sin pensarlo.

Que una buena obra viene de la tristeza, de la desesperación.

Que no puedes ser un buen escritor si no has sufrido lo suficiente.

Que no puedes ser un buen pintor si no vives atormentado.

Muchos creativos viven de esa forma, llevando vidas desdichadas, llenas de adicciones, violencia y problemas psiquiátricos.

Algunos maestros de arte enseñan a desconfiar del bienestar, creyendo que una persona feliz no tiene la suficiente profundidad para crear una buena obra.

Lo peor de esto es que no solo se idealizan los estados enfermizos, sino que se rechaza la sanación.

Qué triste y macabro, ¿no?

Rilke lo expresaba así: «Si me abandonan mis demonios, me temo que mis ángeles echarán a volar también».

Se pinta el mundo como un lugar donde si eres feliz eres aburrido, y si eres desdichado, creativo.

¿No es esta creencia en sí misma la antítesis de la creatividad?

La creatividad no puede ser una idea preconcebida ni puede estar supeditada a un solo rango emocional.

Y mucho menos a uno que nos quite las ganas de vivir.

¿Acaso no podemos usar nuestros talentos para crear nuevas posibilidades?

¿No podemos crear un mundo en el que ser feliz y creativo sea lo normal?

En el que el arte se alimente de la alegría, de la esperanza, de la confianza.

Mi respuesta es un rotundo sí.

Para salir del artista mártir y su adicción al sufrimiento, puedes invocar la energía del trilero.

El trilero, con su energía ligera, transgresora y astuta, aliviana el sufrimiento plomizo del mártir.

Cuando el mártir dice: "la vida es dura", el trilero dice: "la vida es interesante".

Cuando el mártir dice "algún día mi sufrimiento tendrá sentido", el trilero le invita a jugar un rato.

El trilero quiere darle la vuelta al mundo, pero siempre de la mano de la vida, confiando en que el azar le acabará beneficiando.

El trilero confía. Confía en sí mismo, confía en la vida, confía en los demás.

Aunque sea en que se van a dejar engañar por sus tácticas. Pero confía.

Confía en el universo y su naturaleza juguetona.

La gran verdad del trilero, más allá de todos sus inventos controvertidos y estrafalarios, es que todo es un juego.

Una verdad demasiado ligera para el mártir, pero quizá la única que le puede salvar de morir ahogado en sus penas.

"Libera tu magia", por Elizabeth Gilbert

Pepita extraída por Marta Campos

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