De pequeño escuché una vez:

“No apuntes a la Luna. Apunta a las estrellas, y así, aunque no salga como esperabas, al menos alcanzarás la Luna”.

Entonces no sabía lo que significaba. Ahora sí.

Y me duele ver cuánta gente no lo hace.

¿Por qué soñar a lo pequeño cuando puedes soñar a lo grande? ¿Por qué la mayoría aspiramos a logros mediocres?

“No, mi sueño es llegar a final de mes… Y tener un trabajo que me guste… Y estar con alguien que me quiera…”

¿Por qué apuntamos a la Luna?

Imagina que el universo te escuchara y dijera: “venga, me has caído bien. Todo con lo que sueñas te lo daré”.

¿Serías realmente feliz cuando vieras que tienes un sueldo medio-alto, un trabajo medio-alto y una relación media-alta, o seguirías infeliz mirando a los de arriba?

Si es lo segundo estás soñando poco.

Y peor: poniéndotelo más difícil.

Porque, aunque no te lo creas, es más fácil llegar a una estrella que a la Luna.

O como dice Tim Ferriss:

“El 99% de la gente está convencida de que es incapaz de lograr grandes cosas, así que aspiran a ser mediocres.

Por eso hacer lo insensato es más fácil que lo sensato. Es más fácil reunir 10 millones que 1 millón. Es más fácil ligar con la chica espectacular del bar que con las cinco guapas.

Si eres inseguro, ¿sabes qué? El resto también”.

Pepita extraída del libro: "Aprendiendo de los mejores 2", por Francisco Alcaide

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¡Hasta la próxima lección!

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