📚 Están detectando tus mentiras

Te voy a dar un truco para influir más y mejor en quien tú quieras.

¿Quieres vender un aspirador? Funciona. ¿Quieres caerle bien a tus suegros? Funciona.

¿Quieres que tu jefe te suba el sueldo? Con el mío no funciona. Pero con el tuyo, quizá también funciona.

Pero antes de nada… Vayamos a la ciencia.

Ponte en situación: Universidad de California, 2014.

Tú y tu grupo de investigación pedís a varios universitarios ver grabaciones de interrogatorios donde unos sospechosos niegan haber robado 100 dólares.

De entre estos sospechosos, algunos sí que los habían robado y otros no. Pero todos lo niegan.

Ahora bien: tras acabar las grabaciones, le pides a los estudiantes que señalen a los que creen que son culpables.

¿Cuáles crees que fueron los resultados?

A primera vista los estudiantes no dieron una.

Sus respuestas se acercaban al 50% de acierto, lo mismo que obtendrían si respondieran al azar.

Pero al analizarles más detalladamente llegó lo increíble.

Los investigadores se dieron cuenta de que, al ver a un culpable, estos pronunciaban antes palabras como “deshonesto” o “falso” que “genuino”.

Parece confuso, pero tiene una razón.

¿No has sentido alguna vez esa sensación de no sé que escondes, pero escondes algo con una persona?

Llámalo corazonada, intuición o mala vibra.

Pues así fue; su cerebro consciente no supo señalar a los ladrones porque, a nivel racional, no sabía quiénes eran.

Pero su cerebro inconsciente sí que les daba señales de quién no debían fiarse.

¿Qué es lo que nos enseña este estudio? Verás:

Los humanos tenemos instalado un detector de mentiras. 

Si intentas influir actuando como lo que no eres o con mentiras piadosas para agradar más su cerebro inconsciente lo verá.

Y, aunque racionalmente no sepan por qué, sentirán que no eres de fiar.

Solución: olvídate de los cánones y del cómo deberías actuar. Solo sigue tus principios.

Si no te gusta beber en las fiestas, no lo hagas para gustar más.

Si tienes que cerrar una venta y odias los trajes, no te lo pongas solo por parecer más profesional.

Si vas a casa de tus suegros, no les mientas diciendo que los rulos les quedan espectacular.

No solo no obtendrás el beneficio que deseas al hacerlo, sino que provocarás el efecto contrario. En vez de agradarles más les alejarás.

Así que recuerda, como dice Eckhart Tolle: “la mejor forma de influir en los demás es siendo fiel a ti mismo”.

…

Siempre que tú mismo no seas un idiota.

En caso de que sí: ¿te gustaría aprender otras técnicas de persuasión que se te adapten mejor?

Y en caso de que no: ¿quieres mejorar tu catálogo de técnicas de persuasión?

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