📚 El boxeador que disfrutó de ser encarcelado

¿Cómo convertir tu mayor tragedia en una ventaja?

¡Bienvenido a la pepita de oro de hoy! ¿Crees que tus problemas actuales son graves y no puedes hacer nada para superarlos? Si es así, quizá es que no conozcas la historia de Rubin “Hurricane” Carter.

¡Sigue leyendo para descubrirla!

Huracán Carter: Su historia

A mediados de 1960, Rubin Carter era uno de los referentes mundiales en el mundo del boxeo, aspirante a los grandes títulos de los pesos medianos.

El mejor momento de su carrera, sin ninguna duda. Pero de repente, como si fuera un castillo de naipes… Todo se vino abajo.

Carter fue acusado de un crimen espantoso: triple homicidio. Él sabía que no lo había cometido, pero dio igual: tras un juicio sesgado e injusto fue condenado a tres cadenas perpetuas.

Un día, en la nube del éxito. Al siguiente, sabiendo que pasaría el resto de su vida en la cárcel. ¿Te imaginas mayor obstáculo que ese?

Hay pocas cosas peores. O al menos, para todos los que no somos Rubin Carter.

Porque no solo decidió que esa injusticia no arruinaría su vida. Si no que se propuso aprovechar la cárcel para convertirse en una persona mejor.

Mira. Mientras le estaban internando y dando su uniforme, Carter pidió reunirse con el director. ¿Y sabes lo que le dijo?

“Pueden quitarme lo que quieran, pero nunca me quitarán lo último que me queda: yo mismo. […] Estoy dispuesto a permanecer aquí hasta el final, pero por ningún motivo permitiré que se me trate como prisionero, porque no soy ni nunca seré una persona indefensa.”

En vez de desplomarse como habríamos hecho muchos, Carter se negó a renunciar a sus libertades inherentes: sus creencias, sus valores, sus decisiones.

Pasó 19 años en aquella cárcel. Dedicó cada minuto de su tiempo a leer: filosofía, historia, derecho. Aprendió como preparar su propia defensa en los juzgados.

Así hasta que, dos juicios y casi dos décadas después, un juez anuló su condena.

¿Y qué hizo Carter al salir de la cárcel? Nada, simplemente reanudó su vida.

Porque pedir una disculpa al tribunal o una indemnización habría sido admitir que le habían dañado, y el jamás lo había visto así.

Sabiendo esto… ¿Qué te parecen ahora los problemas de tu vida? ¿Son tan graves como merecen?

Cada vez que se te aparezca un nuevo obstáculo recuerda a Carter. Recuerda que, si el pudo tomarse una condena injusta como una oportunidad para ser mejor, tú también puedes.

Porque eres el único que tiene control sobre su percepción. Quien decide cómo le afectará ese obstáculo y en qué grado.

Porque eso, como a Carter, nunca te lo podrán arrebatar.

Reflexión de hoy: “si decides no ser lastimado, no te sentirás así. Y si no te sientes así es que no lo estás” - Marco Aurelio

"El obstáculo es el camino", por Ryan Holiday

Correo presentado por Iván F.G.


🐸 Comparte esta newsletter con tus amigos para mejorar vuestras conversaciones. Y si te han reenviado este correo: Regístrate Aquí.