📚 La lección de mi padre

¿Cuál es la mejor manera de olvidarnos de las preocupaciones?

Mi padre es un tipo normal. Trabajador, bueno, cascarrabias…

De esos que dicen no creer en Dios porque si no le habría hecho delgado y rubio.

A veces tiene buenas frases…

Como una que me soltó pescando siendo yo muy pequeño.

Yo estaba acompañándolo. Con los pies colgando desde el borde de algún paseo marítimo desde donde sacaba buenos peces.

Hacia más de 3 horas que estábamos ahí. Aburrido yo. Feliz él.

Y yo ya tenía mucho hambre. Que no mucha.

(Para mí el hambre es masculino porque es muy cabrón. Y yo quiero mucho a mi padre, pero es un cabroncete).

Entonces, mi padre, muy chistoso, me dijo: “Si tienes mucha hambre, piensa que tienes mucha sed y verás que se te pasa”.

Qué espabilado.

Pero tenía razón. Mucha razón. El hambre se me pasó. El problema ahora es que tenía sed.

Ahora bien, ¿qué puedes aprender de esto?

Mi padre no lo sabía (o sí).

Pero, sin quererlo, me estaba enseñando algo importante.

Las personas, no son capaces de pensar dos cosas al mismo tiempo.

Hacer dos cosas al mismo tiempo sí. Pero pensar dos cosas al mismo tiempo no.

Primero piensas una, luego otra. Puedes cambiar rápido entre ellas. Pero no a la vez.

Cuando algo te preocupe tanto que no te deje avanzar, haz otra cosa. Mantente centrado y enfocado en hacer cosas que te gustan.

Pero cuidado.

Úsalo sólo como un café por las mañanas. Como impulso para espabilarte y moverte. Para no quejarte y seguir adelante.

En mi historia, al igual que yo iba a necesitar comer a pesar de ya no tener hambre, tú vas a necesitar enfrentarte a tus preocupaciones más adelante.

¿Cómo enfrentarlas exactamente? Descúbrelo este domingo a las 19:00 (hora española) en la nueva guía. 

"Cómo suprimir las preocupaciones y disfrutar de la vida", por Dale Carnegie

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¡Mantente siempre aprendiendo!

Charlye Dem.

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