📚 La rebelión de los cobardes

¿Recuerdas la fábula de la liebre y la tortuga?

Por el bien de tu infancia, espero que sí.

Esa carrera donde todo el mundo apuesta por la liebre, rápida y enérgica, pero la tortuga y su ritmo constante se alzan con la victoria.

Aunque te la hayan repetido doscientas veces, esta simple historia oculta una lección más.

Una lección que no gusta nada a los gurús del desarrollo personal…

Mira, fíjate en el caparazón de la tortuga. Le debe pesar como mil demonios, es como si tú llevaras a cuestas tu casa.

(Más que nada, porque para ella es literalmente su casa)

Si la tortuga hubiera asistido a un curso de “hazte rico en 48h” la lección estaría clara:

Deja el caparazón en la línea de salida, sal de tu zona de confort para ganar.

¿Iría más rápido y aumentarían sus opciones de esta forma? Sí.

¿Viviría con taquicardias por no poder defenderse si viniera un águila? También.

Porque la velocidad, en la carrera y en tu vida, no es todo lo que importa.

La mayoría de personas (yo incluido) somos demasiado temerarias como para dejarlo todo e irnos a la aventura.

¿Y si saliera mal? ¿Y si me arruinase? ¿Y si…?

Y como todos dicen que o sales de tu zona de confort o nada, elegimos nada. Ni nos presentamos a la carrera.

Ya va siendo hora de dejar el mito a un lado.

Se puede tener éxito sin salir de la zona de confort. De hecho, en muchas ocasiones, es lo más sensato.

No hace falta enfrentarse a desafíos abrumadores ni arriesgar la vida por tu objetivo. Lo único que necesitas, al igual que la tortuga, son dos cosas:

1. Tener clara tu dirección (u objetivo que sueñas con lograr)

2. Avanzar

No importa si debes llevar tu casa a cuestas. Tampoco si tus pasos son más largos o más cortos. Solo importa avanzar.

Llevándolo al mundo real: imagina que tu meta es tener tu propio negocio de ropa.

Puedes dejar tu trabajo e iniciar tu nueva start-up, claro. Si te va la adrenalina y no temes al riesgo es una buena opción.

O puedes seguir como estás mientras das pequeños pasos hacia tu sueño.

Leyendo nuevos libros de emprendimiento, visitando locales en venta o ahorrando por si tu tienda no funcionara.

Muchos te dirán que te pasas de temerario. Pero recuerda:

No solo importa la meta, también disfrutar del camino hasta ella. Y siendo constante con tus pasos, más tarde o más temprano, llegarás.

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"The confort zone", por Kristen Butler

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