Cómo aumentar tu productividad tratando tu proyecto como un juego de rol

Imagina esto: estás en medio de una épica misión en un videojuego.

Tú eres el héroe, el elegido para salvar al mundo (o, siendo más realistas, para entregar ese proyecto que te está devorando vivo).

Tienes a tu equipo, una banda de valientes aventureros, cada uno con habilidades únicas y un currículum de LinkedIn más inflado que tu ego después de tres cafés.

Todo parece estar bajo control... hasta que de repente te das cuenta de que el hechicero está enredado en minucias inútiles, el arquero no sabe ni a dónde apuntar, y el tanque, bueno, simplemente no se mueve.

Es como si todos estuvieran en un mal viaje. Y ahí te preguntas: ¿Qué demonios está pasando?

Aquí es donde entra el Master

Piensa en el Master como el aguafiestas oficial de la realidad.

No, no es el jefe; no lleva una espada mágica ni lanza hechizos desde la torre más alta.

No te dice qué hacer ni cómo esquivar ese dragón metafórico que es la fecha límite.

Pero tiene algo mucho más poderoso: la habilidad de hacerte las preguntas más incómodas en los peores momentos.

El Poder de la Pregunta Incómoda

El Master es ese amigo fastidioso que te pregunta, con toda la inocencia del mundo, “Oye, bro, ¿qué demonios hiciste ayer?”.

Y mientras te rompes la cabeza intentando recordar si de verdad hiciste algo útil o si solo te perdiste en la espiral interminable de memes el Master ya está cargando su siguiente ataque verbal.

Antes de que puedas soltar una excusa brillante, ahí viene el gancho al hígado: “¿Y qué vas a hacer hoy?”.

Es justo en ese momento cuando empiezas a sudar, porque, oh sorpresa, alguien en realidad está prestando atención a tu circo diario.

Pero no se detiene ahí; cuando crees que puedes escapar, el Master te da el golpe final: “¿Qué te está frenando?”.

Es en ese instante, cuando todas tus excusas se desvanecen, que te das cuenta de una cruda verdad: no puedes esconderte.

Tienes a alguien que sabe que tu trabajo de ayer fue un desastre, que hoy estás más perdido que nunca, y que, aun así, está ahí para limpiar lo que sea que se interponga en tu camino al éxito.

El Master no es un jefe, pero es tu mejor aliado

No está ahí para mandarte, sino para asegurarse de que el tren no se descarrile.

El equipo debe tener autonomía, libertad para tomar decisiones y liderar su propio destino.

Pero siempre, siempre, es útil tener a alguien que te haga esas tres preguntas incómodas, que se preocupe por ti y por los problemas que enfrentas, y que esté ahí para evitar que el equipo se convierta en una carnicería emocional.

Y si no tienes un buen Master en tu equipo, bueno, quizá es hora de que tú te conviertas en uno.

Al menos así tendrás el poder de hacerte a ti mismo las preguntas incómodas.

PD: hablando de preguntas incómodas: ¿eres de los que sabe gustarle a quien te gusta?

¿O después de imaginaros teniendo una familia y jugando a las cartas en el porche no te atreves ni a mirarla?

Si eres de los segundos, un regalo por aquí.

Pepita de hoy extraída de: "Scrum", por Jeff Sutherland

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¡Hasta la próxima lección!

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