- Libro al Día
- Posts
- 📚 ¿Problemas en casa?
📚 ¿Problemas en casa?
Mientras me tomaba un café y leía algunas páginas,
se me vino a la cabeza una curiosa forma de plantear una de las peores problemáticas que vivimos todos:
Imagina que te has mudado a un piso diminuto en una ciudad que no conoces.
Con un baño del tamaño de una cabina telefónica y un salón que más bien parece un pasillo ancho con muebles apretados como sardinas en lata.
Y lo peor, o mejor dicho, lo más aterrador:
vas a compartir ese diminuto espacio con un compañero de piso que no conoces.
Ni siquiera te dejaron elegirlo, te cayó del cielo o, quizás, del infierno, quién sabe.
Entonces, estás frente a la puerta, llave en mano, respirando profundo antes de entrar,
Y los pensamientos pasan por tu cabeza más rápido que un tren bala:
“¿Y si es un guarro o hace ruido a todas horas?”.
“¿Y si es uno de esos que comen tus cosas del frigorífico y nunca lo reponen?”.
“¿Y si su definición de limpiar es mover el polvo de un lado a otro?”.
“¿Y si prefiere DC a Marvel?”.
Y finalmente, con un suspiro que parece decir “que sea lo que tenga que ser”, abres la puerta.
Y ahí está él, o mejor dicho, ahí estás tú. Porque, sorpresa,
el compañero de piso que temías, ese desconocido con quien vas a tener que compartir cada rincón, eres tú mismo.
No hay escapatoria, ni solicitudes de cambio, ni buzón de quejas al que recurrir.
Eres tú con todas tus manías, tus defectos, y ese lunar extraño en la mejilla.
Aquí es donde entra en juego esa idea tan famosa que hemos escuchado hasta el cansancio:
“Trata a los demás como te gustaría que te trataran”.
Pero, francamente, eso de andar por la vida siendo un santo con todo el mundo mientras tú te tratas como si fueras el peor enemigo es una estupidez.
Entonces, ¿qué tal si lo damos vuelta?:
“Trátate a ti mismo como te gustaría que te trataran”.
Esa es la clave.
-Imagina cómo cambiaría la dinámica en ese piso estrecho si en lugar de andar con el ceño fruncido, esperando a que tu compañero haga algo que te moleste,
eligieras tratarte con un poco más de compasión.
-En lugar de recriminarte cada vez que tropiezas con la dichosa mesita de café, te ríes de tu torpeza y sigues adelante.
-En vez de agobiarte porque las cosas no van como esperabas, te das un respiro y te dices que está bien, que nadie tiene todo bajo control,
y que no hace falta ser perfecto.
Porque, seamos honestos, nadie quiere vivir con un compañero de piso que sea un tirano.
Nadie quiere convivir con alguien que siempre está criticando, que nunca está satisfecho, y que encuentra defectos en todo.
Así que, si no soportarías a alguien que te tratara así,
¿por qué demonios insistes en tratarte de esa manera?
La convivencia contigo mismo es la relación más larga que vas a tener en tu vida. Puedes intentar escapar de todo lo demás,
pero nunca podrás huir de ti mismo y ese lunar bajo tu ojo izquierdo.
Entonces, ¿por qué no hacer las paces?
Empieza a verte con los mismos ojos que miras a esa persona que te gusta,
y a tratarte con la misma amabilidad que ofrecerías a un buen amigo.
Porque, al final del día, si tú no te tratas bien, ¿quién lo va a hacer?
Así queeeeeeee, la próxima vez que te mires en el espejo, recuerda:
eres tu propio compañero de piso, y puedes hacer que esa convivencia sea un infierno, o un hogar acogedor.
¿Cuál eliges?

Así quedó la encuesta que le hicimos el pasado sábado a los Miembros Pro:

Por eso, esta semana nos hemos leído y extraído todas las lecciones del libro:
"12 reglas para vivir", de Jordan Peterson

PD: antes de final de año lanzaremos lo mejor que hemos hecho nunca en Libro al Día.
O antes de diciembre.
O antes de noviembre…
¡Hasta la próxima lección!
Correo presentado por Charlye Dem.
Equipo Libro al día.
💝 ¿Deseas ser quien mejore la vida de esa persona que quieres ver feliz y exitosa? Si sabes que tiene el potencial para hacer algo con su vida, y todos lo tienen, envíale este correo. Y si te han reenviado este correo y esto te encanta: Regístrate aquí.