Cuando Elon Musk compró Twitter con toda su fuerza, poder y cara dura, y luego canceló a Donald Trump por sus mensajes de odio…

Todos auguraron una pelea peligrosa entre estos dos.

Dos reyes enormes moviendo millones de dólares y millones de personas. Con tecnologías peligrosas en sus manos, y contactos peligrosos en sus teléfonos para cuando los necesitaran.

Esto podría haber salido realmente mal. Una catástrofe.

Pero lo que acaba de pasar recientemente con la nueva presidencia de Donald Trump es algo insólito.

Nos ha dejado a todos de piedra.

¿Qué ha pasado?

Pues que en alguna cena, yate privado o habitación en la Casa Blanca, algo, nadie sabe, estos dos han acabado estrechándose las manos llegando a un acuerdo. Tan amigos.

¿Pero de qué acuerdo estamos hablando?

Pues puede parecer loco, pero eso no es lo importante.

Lo importante es que Trump ha visto en Elon Musk una característica de liderazgo que no ha visto en nadie más. Una que necesita para su nueva presidencia. Que le beneficia. (Y a Elon).

Y es la misma característica de liderazgo que usó cuando compró Twitter.

Esta lección la recibirán nuestros Suscriptores PRO este domingo.

Si no estás dentro, decirte que aún no estamos dejando entrar a más gente.

Un abrazo.

Charlye.

Pepita de hoy de: "Elon Musk", por Walter Isaacson

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