📚 Cómo un pianista te vende un coche

¡Hola! ¿Estás cansado de que tus cuchillos no corten ni el pan de molde? ¿De que te pregunten si eso es un cuchillo o un untador? ¡No te preocupes! ¡Hoy te traemos la solución!

¡Por leer esta pepita, te vamos a regalar otra totalmente gratis! Puede que con ella no cortes nada, pero ¡tú también podrás vender cuchillos como un auténtico experto! 🔪

⌛Tiempo de lectura: 5 minutos, lo que tardarás en vender el cuchillo si aplicas esta pepita

Pepita Número 35: Cómo un pianista te vende un coche

La teletienda nos ha marcado a todos. Ese programa de las 3 de la madrugada que se te mete en el cerebro. No te voy a enseñar a vender como ellos, no te preocupes. Va a ser un poco distinto… de hecho, hablemos de los cinco sentidos.

¿Los recuerdas? Gusto, tacto, olfato, vista y oído. Poco nos acordamos de ellos para todo lo que hacen por nosotros. Pues un vendedor debería darles las gracias cada mañana, porque son la clave de su éxito diario.

Está muy de moda eso de “todos somos vendedores” porque debemos saber vendernos a nosotros mismos. Pero hoy nos centraremos en los que venden algo material: un coche, por ejemplo.

Cuando acabes esta pepita, tú mismo serás capaz de venderlo si practicas unos pequeños pasos. Pero antes de nada… ¡Música, maestro! 🎶

A partir de ahora no vas a vender, vas a crear música. Sí, como lo oyes. El cliente es una partitura y tú, un pianista. Y las notas musicales van a ser… los cinco sentidos. 🎹

Imagina la situación. Entra el cliente (la partitura) por la puerta. Te presentas, le sonríes y os conocéis un poco. Te cuenta que quiere un buen coche y quiere oír algunas sugerencias. Empieza la música, atento.

Vamos a tocar la tecla del gusto para empezar. “¿Quieres un vasito de agua? ¿Una chocolatina también quizá?” Es fácil, alguien con hambre y sed no compra. Solo pensaría en el hambre que tiene y no te haría ni caso.

Bien, ese detalle le ha gustado. Vamos a tocar la segunda: el olfato. Es uno de los sentidos más poderosos, nos llena de recuerdos y emociones. Vas a llevarle a ver los primeros coches, y estos tienen que oler a estar conduciendo en Miami. A ser posible no sólo ese coche, si no el concesionario entero. Es algo que no se hace y no cuesta tanto.

El cliente está en una nube ahora mismo, estás tocando perfecto. Vamos con la tercera: el oído. Una musiquita suave, fresca, que no le distraiga pero le relaje. Lo mismo que el olfato: si puedes tocar esa tecla antes de que entre el cliente mejor, pero bueno es tu primera vez, no pasa nada. Inunda el concesionario con esa musiquita.

Nos queda poco. Ahora, la tecla de la vista; qué importante es. Enséñale el coche por dentro y por fuera, pero no sólo eso, enséñaselo a su mente también. Si con el olfato se ha imaginado conduciendo por Miami, tú le vas a hacer imaginar aún más; que mientras lo hace se beba un mojito y vea a todos girando la cabeza cuando pasa, deslumbrados por su gran coche.

Llegó el final. La última tecla: el tacto. El cliente ahora está salivando por comprarlo, pero hay que rematar la venta. Usa una simple frase: “¿Y… quiere probarlo?” Ya está. Se va a subir, a tocarlo, y a dar una vuelta mientras babea; da igual que sea por el polígono de tu ciudad, para él eso ya es Miami.

¡Un gran concierto! Pero recuerda: cada partitura (cliente) es distinta, no tengas miedo a probar nuevas teclas. ¿Ves al cliente cansado? Ofrécele sentarse. ¿Tiene calor? Ponle un ventilador apuntando a su cara. Ya tienes los pasos básicos, pero sólo se está preparado para tocar en grandes escenarios con la experiencia.

Y recuerda también no llamar “partitura” a tus clientes. Eso mejor que quede entre tú y yo. Pero lo del 2x1 del inicio era verdad: aquí te dejo otra pepita que combina perfectamente con esta: ¡Acaba con la dictadura del cliente!

¿Te gustaría saber más sobre ventas? Porque nos hemos dejado muchos temas sin hablar… ¿Cómo vendemos otro tipo de productos? ¿Cómo funciona la mente del comprador? Si te apetece, puedes hacérnoslo saber en el Discord de Bookers Club. ¡Te leemos! 👀

Pepita extraída por Iván F.G.

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