- Libro al Día
- Posts
- 📚 Los asesinos de la creatividad
📚 Los asesinos de la creatividad
¿Tus padres te hicieron esto de pequeño?

Ser padre no es fácil, pero ser hijo tampoco lo es. Y no me refiero a que se celebre el día del padre y de la madre, pero no el día del hijo. No voy por ahí (pero también duele).
Si llevas mucho tiempo preguntándote porqué no tienes buenas ideas y dónde se quedó tu creatividad e imaginación, hoy lo sabrás. Te contaremos las maneras en las que te asesinaron la creatividad de pequeño y como resolverlo. ¡Volvamos…al principio!
¿A qué área pertenece la lección que aprenderás hoy? 🧠🆙

⌛Tiempo de lectura: 5 minutos, lo que tardas en darle una lista de regalos a tus padres por todos los días del hijo que no celebrasteis.
Pepita Número 41: Los asesinos de la creatividad


Imagina que vuelves a tener cinco años. Estás en tu habitación comiéndote una galleta mientras haces el pino puente y dibujas un Picasso con los pies, hasta que se acerca tu madre para regañarte:
-¡Pero hijo! ¿Qué haces así? Siéntate bien para comer. Y cuando acabes, en vez de perder el tiempo dibujando ponte a tocar el piano. Si no practicas, no ganarás la competición. Y no quieres quedar mal ante la familia ¿verdad?
Negando con la cabeza corres al piano a tocar Beethoven, y ella tranquila se marcha para dejarte practicar. Pero es ahora o nunca. Aprovechando su marcha empiezas a tocar Dragon Ball con la nariz mientras cantas Pokemon en versión japonesa. Sin embargo, tu madre vuelve para vigilarte.
Ya no te queda otra, no puedes transportarte a tus mundos de fantasía. Ahora te toca aguantar la mirada crítica de tu madre y su constante vigilancia.
Finalmente, y a pesar de todo, tu madre te premia con una piruleta cuando terminas de ensayar, por lo que acabas pensando que todo mereció la pena y que lo correcto siempre fue obedecer a tus padres en vez de alimentar tu imaginación.
Quizás tú no hayas vivido una historia tan exagerada, pero sea así o en pequeñas dosis repartidas a lo largo de tu infancia, los momentos como este son los que han acabado por asesinar toda buena relación que tuvieras con tu imaginación. Pero, ¿Quiénes son estos asesinos?

Cuando nacemos contamos con un sinfín de neuronas que nos ayudan a mantener la puerta abierta de donde salen todas las ideas locas que tenemos cuando somos pequeños. Sin embargo, en el camino hacia la pubertad, nos encontramos con infinidad de inhibidores que acaban por dañar estas sendas neuronales hasta desaparecer.
Pero para resolverlo antes tenemos que conocer a estos asesinos:
La Vigilancia: observar a los niños hasta que se sientan incómodamente analizados hasta matar su imaginación por miedo a salirse de las normas.
La Competencia: presionar a los niños para ganar en vez de dejarles progresar a su propio ritmo.
El Control: obligar a los niños a hacer las cosas de un modo determinado en vez de avivar su curiosidad dejándoles encontrar su manera de hacerlo.
La Privación: decirles a los niños lo que les tiene que gustar en vez de dejarles elegir libremente sus pasiones.
La Evaluación: enseñar a los niños que las opiniones de los demás sobre ellos deben preocuparles en vez de dejarles estar satisfechos con sus propios logros.
La Presión: establecer en los niños unas expectativas tan elevadas que acaben por rechazar la actividad y odiar el aprendizaje.
Las Recompensas: hacer uso excesivo de recompensas en vez de dejarles disfrutar del placer mismo de la creatividad.

💡Resuelve el problema:
Nuestra experiencia con la creatividad siendo pequeños es lo que luego modela una parte de lo que vivimos en la etapa adulta, pero si no tuviste suerte existen cuatro formas de cambiarlo:
1| Creer: Confiar en que podemos ser creativos pondrá foco en sacar soluciones originales a nuestros problemas en vez de quejarnos y rendirnos.
2| Silenciar: A veces tenemos una voz autocrítica en nuestra cabeza que nos hará desconfiar de nuestras propias ideas. Si no la acallamos nunca les daremos salida.
3| Observar: Entrenar el asombro, como lo hace un niño, dejándonos llevar por las cosas en vez de juzgarlas de primeras.
4| Preguntar: No etiquetar de tonta ninguna de nuestras preguntas porque muchas veces son las correctas, y si no, acabarán por llevarnos a ellas.

Puede que tus padres cometieran algunos errores en el pasado, pero si no haces nada para cambiarlo hoy el error será tuyo. Próximamente te traeremos más estrategias para traer de vuelta tu creatividad, y una vez saludes de vuelta a tu imaginación experimentarás lo que ya te comentamos en esta pepita: ¿Tu realidad, o la mía?
¡Mantente siempre aprendiendo! 👋
Pepita extraída por Charlye Dem.
¿Te reenviaron este correo? Regístrate aquí para recibirlos directamente